Por Rémy Herrera:
[Excerto]
Ninguna de estas corrientes de pensamiento (ultraliberal, neoclásico, neoliberal o nuevo keynesianismo) sugiere reflexionar sobre las condiciones de un proceso de rebasamiento del capital como en la relación social de explotación y opresión – no la mayoría de las proposiciones “de izquierda” (por ejemplo, las que reclaman la reforma del FMI o la creación de una moneda mundial). Sin embargo, existen los defensores de la idea según la cual la crisis actual del capital conducirá probablemente al hundimiento del capitalismo. Tal es el caso, entre otros, de Robert Kurz, que sostiene que el sistema de producción capitalista está en vías de extinción y que el siglo XXI abrirá una etapa de transición hacia una forma nueva de sociedad, o Immanuel Wallerstein, quien estudia las tendencias amplias del capitalismo a partir de una teoría del “sistema-mundo” y declaraba recientemente que “nosotros entramos en la fase terminal del capitalismo y podemos estar seguros de que, en 30 años, no viviremos más en el sistema-mundo capitalista”.
Estas interpretaciones coinciden con las de analistas de la coyuntura mundial del capitalismo, especialmente el equipo del Global Europe Anticipation Bulletin (GEAB), quienes hacen las previsiones de agravamiento de la crisis sistémica global, critican a los dirigentes mundiales “incapaces de tomar las medidas de la crisis, empecinados en tratar las consecuencias en lugar de atacar las causas”, dilucidan sobre la anticipación a una dislocación geopolítica total del sistema, con el derrumbamiento del dólar y la desaparición de las bases del sistema financiero internacional.
En los Estados Unidos como en Europa y Japón, los dirigentes persisten en hacer como si el sistema fuera solamente víctima de una avería pasajera y como si se tratara de reactivar la máquina añadiendo carburante (la liquidez) [con algunos ajustes suplementarios: una baja de tasa, compras de activos tóxicos, planes de recuperación de las industrias en quiebra]. Es el sistema global el que está hoy fuera de uso. Hace falta reconstruir uno nuevo.
Otros análisis, “ortodoxos”, como los del equipo Money & Markets en los Estados Unidos, son también muy pesimistas y prevén un agravamiento de la crisis en un futuro cercano, por los enlaces más tradicionales: la profundización del déficit presupuestario, el aumento de la deuda pública, una insuficiente defensa del dólar estadounidense por parte de las autoridades monetarias…
(*) Investigador del CNRS (UMR 8174 Centro de Economía de la Sorbonne), Universidad de París 1 Panteón-Sorbonne.
Fuentes: Blog Francosenia y Revista BVC” – Banco Central de Venezuela – Vol. XXVIII. N° 2. Caracas, julio-diciembre 2012
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